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8 Situaciones que Prueban que el Dominicano Siempre Encuentra la Forma de Reír
Publicado Hace 10 meses
1. La creatividad en los apodos
En RD, nadie se salva de un apodo. Desde el "Flaco" que pesa más de 200 libras hasta el "Chino" que ni remotamente lo es. Los dominicanos tenemos un talento natural para bautizar a todo el mundo con un nombre único y especial.
2. Las compras en el colmado “fiadas”
¿A quién no le ha pasado? En el colmado de confianza, las deudas no tienen fecha de pago. “Ponlo en la cuenta” es casi un lema nacional. ¡Y lo mejor es que el colmadero siempre recuerda cuánto debes!
3. La celebración de todo, ¡con música!
Aquí todo es motivo de fiesta. Si pasa un juego de dominó en el barrio, saca una silla y prepárate para la diversión. Con música de fondo y mucha alegría, cualquier ocasión se convierte en un evento social.
4. La batalla con el Wi-Fi del vecino
Siempre hay un dominicano que intenta “captar” el Wi-Fi del vecino con los trucos más ingeniosos. Y, si no se puede, no hay problema: se queda en la puerta o la ventana para aprovechar la señal.
5. Las frases de mamá
Las mamás dominicanas tienen su propio repertorio. ¿Quién no ha escuchado “uno aquí matándose y tú de vago”? o “cuando tengas hijos me vas a entender”. Nos sacan sonrisas aunque las hayamos escuchado mil veces.
6. La habilidad de “resolver”
El dominicano nunca se queda sin opciones. ¿Se rompió la chancleta? ¡Un chin de cinta adhesiva y listo! No importa el problema, siempre encontramos una solución rápida y única.
7. El orgullo de ganar en el dominó
No hay satisfacción más grande que ganar en una partida de dominó. Aquí el juego no es solo suerte; ¡es estrategia, habilidad y un toque de orgullo dominicano! Y claro, no puede faltar el “¡capicu!” cuando uno gana.
8. La improvisación en la cocina
Si falta un ingrediente, ¡no hay problema! Los dominicanos saben que siempre hay un truco para hacer que el arroz rinda, que el sancocho se multiplique y que la comida se convierta en una obra maestra.
Ser dominicano es encontrar alegría en las cosas simples, desde los apodos hasta el dominó, siempre hay una razón para reír y disfrutar. Aquí sabemos que, con buen humor, cualquier día puede ser especial.
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